En nuestro país la política se ve como la medida de todas las posibilidades; pero esto así, para aquellos que de ella hacen un legado actitudes habilidosas en el sentido lapso.
La República Dominicana, debe madurar en el campo de la política de manera tal que los actores principales de las instituciones públicas, avancen hacia un progreso sostenido a favor del pueblo, y no a favor de sus cuentas bancarias a costillas del más necesitado.
Hoy en día la ambición desmedida no nos permite hacer un trabajo por el bien del país, sino, por el propio bien de nosotros mismos, porque nos interesa solucionar nuestros problemas sin importarnos la solución de los problemas de aquellos pobres infelices que no encuentran un pan para desayunar durante todo el día.
Es notorio ver, funcionarios que llegan al gobierno, y en poco tiempo los vemos exhibiendo grandes mansiones, buenos vehículos y grandes sumas de dinero a costilla de los más débiles, el “hijo de machepa”, al desamparado, al que tomó el padroncillo y se fajó a buscar el voto, ese molesta, hiede vivo y cuando este le solicita lo ponen a dar vueltas hasta que se canse.
Al indigno para usted; que simplemente usted le dijo trabaja, y gana la mesa que será reconocido de inmediato con un empleo cuando nos coloquen, y así los hicieron, y con camándulas y subterfugios, quieren vivir engañando a estos infelices que no tienen visión para poder diferenciar el engaño y la apatía de estos “truculentos políticos”.
Hoy en día, la misma ambición desmedida, no nos permite vivir con el prójimo y muchos menos para el prójimo, hoy la realidad que marca la vida para aquellos “políticos de pacotilla”, es hacerse rico a como dé lugar a costilla del erario, no importa si lo puso el Presidente moral del país o si lo puso Balaguer, eso le importa un conmino.
El norte es y debe ser buscarme lo mío a como dé lugar, no importa si caigo preso o si la sociedad me condena con la sentencia más amplia que tiene lo penal en la sociedad, o me apliquen los cuarenta años de trabajo público, que recoge en las enmiendas a las penas del Código Procesal Penal, eso no me quita la sed de hacerme millonario aunque un grupúsculo de individuos no logren comer.
Si somos honorables desde el vientre de nuestras madres, debemos serlo sin lugar a dudas, no copiemos de aquellos que piden un puesto, para sacar lo que no invirtieron, para de el colocar a sus familiares más cercanos, colocar a sus amigos, colocar a sus queridas y llevar la institución al colapso tomándola como si fuera un campo de expendio sexual, o hacer de ella un festín donde todos los allí se placen sirviéndose de los deseos sexuales mas impúdicos jamás visto en institución alguna.
Sin lugar a dudas, el presidente Medina, para mi es el presidente moral de este país después del maestro y guía Juan Bosch, pero sí, me enorgullece sobre manera que haya sido hijo político de Don Juan, por lo tanto me siento bien porque puedo decir que soy compañero políticamente de Juan, Leonel Fernández y el actual presidente de la República, el licenciado Danilo Medina.
El autor: es periodista y estudiante de Derecho de término…
Por Rafael Fernández
sábado, 2 de noviembre de 2013
Política, funcionarios y la República Dominicana…
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