Un australiano ha decidido hacer público el infierno en el que vive ya que los médicos no encuentran una solución: Su tripa no para de crecer desde que bebiera una lata de cerveza que previamente había estado en contacto con el agua contaminada de un río.
Los médicos, que le tratan con antibióticos e incluso le han operado varias veces para evitar el crecimiento de su estómago, no dan con la solución
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