El condenado a muerte Russell Bucklew, cuya ejecución está prevista para el 21 de mayo en Misuri (EE.UU.), pidió hoy que haya cámaras para grabar el momento de la aplicación de la inyección letal, pues, según dice, será para él una “tortura” debido a un defecto que padece de nacimiento.
Los abogados de Bucklew pidieron en un tribunal federal que haya un registro audiovisual de la ejecución para que pueda usarse como prueba en la demanda que el reo mantiene con el estado de Misuri.
“Si los funcionarios de Misuri están suficientemente confiados para ejecutar a Russell Bucklew, deberían estar confiados para grabarlo en vídeo”, indicó la abogada del reo, Cheryl Pilate, en un comunicado.
Según la letrada, el preso tiene un defecto congénito que provoca malformaciones en los vasos sanguíneos en su cabeza, cara y garganta que le causan hemorragias.
Así, la abogada considera que, debido a estas malformaciones, los fármacos de la inyección letal podrían no circular bien por las venas del preso y provocarle dolor, lo que iría contra el mandato constitucional que prohíbe los castigos crueles.
“Es momento de levantar la cortina de las inyecciones letales”, añadió Pilate.
De llevarse a cabo, el ajusticiamiento de Bucklew, de 45 años, sería el primero en Estados Unidos tras la accidentada ejecución de Clayton Lockett, que murió de un ataque al corazón 40 minutos después de recibir la inyección letal a finales de abril. La muerte de Lockett en un penal de Oklahoma reabrió el debate sobre la pena capital en Estados Unidos.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, definió el caso como “preocupante” y ordenó al secretario de Justicia, Eric Holder, una revisión de los métodos de ejecución que se aplican en el país.
Bucklew fue condenado a muerte por asesinar al novio de su expareja, a la que secuestró y violó, antes de disparar contra un agente, luego de una persecución policial.
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