“¿Qué le decimos a ese angelito que vio morir a su tío?” Es la pregunta que se hacen los familiares de la niña de 3 años que vio como mataron al empleado de Salud Pública, José Francisco Durán de Castro (Kuko), el pasado 29 de abril cuando se dirigía a llevarla al colegio La Colmenita en el Ensanche Luperón.
Aunque no le pasó nada físicamente, la niña, cuyo nombre se reserva, está traumatizada y según explica su abuela, lo extraña m
ucho y se levanta todos los días buscándolo, por lo que se han visto en la obligación de llevarla al psicólogo para que reciba la atención necesaria.
“Ella se levanta llamándolo y a veces se me acerca y me dice: “mamá, papá está cortado y está botando sangre”, porque ella vio todo lo que ocurrió ese día”, señala la madre del fallecido y abuela de la pequeña, Ana de Castro.
De acuerdo con la señora, la pequeña se encontraba dentro del vehículo cuando ocurrió el crimen. “Él la cubrió con su cuerpo y dio la vida por ella, como la dio Dios por nosotros”, señala.
En cuanto al fallecido, su esposa, Gloria Oviedo; su hermana, María Durán de Castro; y su padre, Francisco Durán; aseguraron que era un hombre trabajador, que no tenía problemas con nadie y que trataba a sus sobrinos como a sus hijos.
Asimismo, indicaron que aunque no pueden juzgar a una persona en específico, porque no se encontraban en el lugar el día del crimen, exigen a la Policía Nacional que investigue el caso para que la muerte de su pariente no quede impune.
“Como ésta, hay muchas muertes que se quedan impunes, porque le han dejado la calle a la delincuencia”, reclama Ana de Castro, al tiempo que resalta que su hijo no era un delincuente, sino un padre de familia que trabajaba mucho y que dejó cuatro hijos en la orfandad.
Mientras que su esposa agrega que el dinero que cargaba Durán de Castro el día que lo asesinaron pertenecía al pago de su apartamento: 15 mil pesos y 95 dólares, un total de 18 mil pesos que iba a llevar al banco.
No le dieron seguridad
Los parientes de Durán de Castro coinciden en que aún sabiendo que él fue testigo de un crimen y atestiguó en una audiencia, no le dieron la protección necesaria para evitar que eso sucediera.
Los parientes de Durán de Castro coinciden en que aún sabiendo que él fue testigo de un crimen y atestiguó en una audiencia, no le dieron la protección necesaria para evitar que eso sucediera.
Confirmaron que en el año 2010 Durán de Castro fue testigo de un asesinato en el sector Simón Bolívar, aunque recalcaron que no quisieran mencionar nombres ni señalar culpables, ya que es un trabajo que le corresponde realizar a las autoridades.
“Ellos saben el procedimiento correspondiente que tienen que hacer, no somos jueces ni estamos involucrados en el proceso”, indicó su esposa, reclamando a las autoridades hagan justicia por el hecho que ha consternado a toda la familia.
“Yo le pido a los jueces que se pongan en el lugar de una madre, de una esposa o de un hijo que pierde un familiar a manos de la delincuencia. Que si ellos no pueden mantener a los delincuentes en la cárcel, que dejen sus puestos a jueces que tengan un poquito de conciencia y dignidad”, concluyó su madre.
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